La Primer Nota Que Cae

Desde hace mucho, mucho, MUCHO tiempo tenía ganas de hacer una lista de todas las bandas, artistas y/o cantantes que he visto en vivo en mi vida, aunque fuera solo una canción o incluso sin tener la intención de hacerlo pero habiendo terminado en ese lugar y momento por las casualidades que tiene la vida, casualidades que han resultado maravillosas en algunos casos, por cierto.  PERO como cuando se trata de mí y de algo que implique disciplina para hacer/recordar/mantener, rara vez llevo a ejecución ideas como esta y usualmente mis proyectos quedan inconclusos si es que llego a iniciarlos. 

Hoy, aún con eso que soy y no soy y con ayuda de mi ser amado, he logrado armar ese listado y además he ido más allá haciendo un recuento de los conciertos en los que he estado de cada banda/artista, para lo cual me estoy ayudando de setlist.fm, Google, Youtube y mi no muy brillante memoria. Y así es como llegamos aquí, a esta primera parte de mis recuerdos y memorabilia de conciertos. 


La primer banda que vi en vivo y el primer concierto de mi vida.

Era probablemente febrero de 1993. También podría haber sido noviembre del 92 o enero del 94, pero me inclino más a la primer fecha que tengo como posibilidad ya que había aún frío invernal y no debo haber tenido más de  9 o 10 años cuando mi tía me llevó a un concierto privado que dio Garibaldi en el colegio en el que ella trabajaba. He buscado con dedicación cualquier rastro o testimonio de ese show pero hasta hoy no he encontrado nada que corrobore mis recuerdos. Pero tengo muy clara la emoción que fue para mí ver por primera vez un escenario lleno de luces, la música a todo volumen y un montón (probablemente unas 1000 personas) gritando y bailando las canciones más poperas post ochenteras de la historia de México. Así que ese fue mi primer concierto, Garibaldi en las canchas del Colegio Vista Hermosa.    


El primer concierto al que quise ir y para el que compré boleto.


22 de marzo de 1997. Mercurio era mi banda favorita en ese momento, en parte porque tenía 14 años y mi única fuente para conocer música nueva era Stereo 97.7, y en parte porque aún no tenía ni idea de todo el vastísimo universo musical que me esperaba afuera. Entre las cosas que más recuerdo de ese concierto están la sensación de libertad por estar en un lugar completamente nuevo sin papás o personas que "me cuidaran", la cantidad de energía que se sentía en el ambiente (y a la que eventualmente me volvería adicta), la fascinación por poder ver y escuchar en directo a la gente que creaba la música que me hacía sentir cosas y que acompañaba mis días y, finalmente, el salir del concierto feliz y llena de adrenalina para enfrentar el reto de regresar a casa por mis propios medios sin haber recorrido ese camino antes. Recuerdo que no estaba completamente sola porque una compañera de la escuela me pidió que le comprara su boleto al enterarse que yo iría al evento, así que ella fue la persona con quien compartí esa experiencia aún cuando no era alguien a quien considerara una gran amiga pero sí resultó ser buena cómplice en esa aventura. Definitivamente es un concierto que tiene un lugar especial en mis recuerdos.       


Un concierto al que fui solo porque me gané los boletos.


Es algún momento de 1999. Yo continuaba escuchando Stereo 97.7 todo el tiempo que no estaba en la escuela, e incluso a veces entre clases, porque para entonces mi papá me había regalado un Walkman negro y unos audífonos que me volaron la cabeza por la nitidez con la que podía escuchar la música que me gustaba. Para entonces ya coleccionaba cassettes de todos los artistas pop que me gustaban y a los cuales había conocido, en su mayoría, gracias al radio, y poder escuchar sus discos en mi Walkman cada vez que quería era toda una experiencia. Poco después pude comprarme también mi primer CD, pero básicamente solo escuchaba radio y cassettes. Gracias a esta disciplina de escuchar música en mi estación de radio favorita pude ganarme una cantidad nada despreciable de premios simplemente llamando por teléfono cuando algo de lo que regalaban me llamaba lo suficiente la atención. Gané, por ejemplo, un pavo enorme y botellas de vino en una navidad, boletos para conciertos de aniversario, presentaciones privadas de artistas y CDs diversos incluso de artistas que ni me gustaban tanto. Así fue como gané boletos para lo que, ahora sé, fue el concierto para prensa de un grupo nuevo llamado Teens. Eran la cosa más pop noventera y ñoña que podía concebirse en esa época, supongo que intentaron ser las sucesoras de Tatiana o algo por el estilo pero no tuvieron éxito y su primer disco fue debut y despedida. Imagino que eran un producto de Televisa porque buscando material de ellas para probar que no fueron un producto de mi imaginación, encontré videos de su presentación en varios programas estelares de esa época. Y bueno, a mí me tocó verlas en un show en el entonces Teatro Silvia Pinal, solo porque yo ya sabía y sentía que quería y necesitaba ir a cuanto concierto fuera posible. Así que fui, acompañada de mi hermano y mi tía, a mis 15-16 años a ver a un trío de chicas en sus 20s cantando canciones infantiles. 


La primera vez que fui a una disco.


Es ya el año 2000. Yo continuaba escuchando Stereo 97.7 y fue ahí donde escuché que Kabah daría un showcase para presentar su nuevo disco: XNE. Así pues me dediqué buscar mi pase con la confianza que ya me daba llamar para ganarme casi todos los premios que me proponía. Y lo logré. Para entonces aún no conocía muy bien la ciudad pero ya tenía nociones sobre cómo moverme en metro y zonas en general, aunque mentiría si dijera que recuerdo perfectamente cómo supe dónde estaba ubicada la disco donde se llevaría a cabo el evento y que supe perfectamente cómo llegar, sin embargo algo que siempre me sorprendió de mí es que, cuando se trata de conciertos, nunca he tenido miedo ni reparo en lanzarme a una aventura y confiar en que siempre encontraré el lugar y a las personas adecuadas para crear experiencias memorables. Dado que en aquella ocasión el pase era cuádruple, me acompañaron mi hermano y dos amigas aunque no estoy 100% segura de quiénes fueron, pero sí recuerdo que ellos tres iban completamente confiados a que yo sabía dónde estábamos, cómo llegar, cómo regresar y cómo teníamos que actuar estando en ese lugar. No he podido encontrar evidencias de que esa presentación sucedió y tampoco recuerdo 100% el nombre del lugar, pero casi puedo asegurar que se llamaba Danzoo y estaba ubicado en la Zona Rosa. La verdad es que era mi segunda vez en una disco pero en realidad la primera no la cuento porque tenía 13 años, no entendía bien lo que pasaba y al ir acompañada de tres amigas y amigos de la secundaria, igual de inexpertos que yo, nos asustamos ni siquiera recuerdo exactamente por qué, y no duramos ni 15 minutos dentro. De hecho aún me pregunto cómo logramos que nos dejaran entrar porque claramente nos veíamos como niños y sí se vendía alcohol en el lugar. En fin, volviendo al Danzoo, recuerdo que al llegar nos colocaron pulseras y como éramos todos menores de edad no podríamos hacer uso de la barra libre, así que solo nos colocamos lo más cerca del escenario (que estaba bastante alto) para esperar el concierto. Era la primera vez que vería a una banda que me gustaba mucho TAN cerca, y eso me emocionaba, sin embargo el show fue de apenas unas cuatro o cinco canciones y seguramente todas del nuevo disco, que aún no conocía, sin embargo fue una de mis primeras experiencias mágicas vividas en torno a la música. Recuerdo haber tenido la ilusión de saludar a los integrantes de Kabah en persona pero eso nunca sucedió, fue algo muy breve y, ahora después de haber trabajado en el medio, entiendo que ese evento al que asistí fue también un showcase para prensa en el que tuve la fortuna de haber estado sin tener mucha consciencia de lo que estaba viviendo y que eventualmente acabaría siendo parte de mi vida laboral. 

       

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