Sopla Un Viento Rojo
"Hallan 10 decapitados en Torreón; es lucha entre narcos"
"Ataque en un bar en el centro de Monterrey; 19 muertos"
"Balean a ambulancia de la Cruz Roja en norte del DF"
"Asesina grupo armado al cantautor Facundo Cabral en Guatemala"
"Y cualquier día te aparecen por ahí, como destellos de crudeza, cuerpos mutilados bajo el sol. Lo macabro es que parece muy normal como si un dios enloquecido dictara sacrificios en su honor..."
Las primeras líneas sobre éste texto son algunos de los encabezados con que amanecieron los periódicos de la ciudad de México de hoy. Las líneas siguientes son un fragmento de "Viento Rojo", canción de La Barranca, contenida en un disco lanzado el año pasado. Y sí, la relación es directa e innegable. Esa canción se escribió con el contexto que envuelve desde hace ya muchos años a ésta ciudad en particular y al país en general. No sé si por esa cotidianeidad es que ya hemos aprendido a ver la vioelencia y la muerte como algo que no parece asombrarnos, no parece afectarnos; es casi como un "mientras no me toquen a los míos y si el muertito cae a un lado y puedo brincarlo yo ¿pa qué me meto?" Y nos vamos dejando, vamos viviendo con miedo y preferimos evitar, dejar de ir, dejar de salir, no arriesgarnos mientras no sea indispensable.
"Dicen que no hay que salir de noche, que la ciudad se volvió mortal..."
Y esa otra frase es de El Alacrán, una rola que se escribió hace más de diez años y ¿qué pasa? Que aplica perfectamente para hoy, para ayer, para la semana pasada o para hace un mes. También para lo que resta del año, seguramente. Justamente hace una semana estaba en un lugar maravilloso con buenos amigos y con dos de los músicos fundadores de La Barranca en una extremadamente agradable e inolvidable convivencia después de uno de los mejores conciertos en los que he estado. Era de madrugada, quizá ya más bien iba amaneciendo y de entre todos los temas que se comentaron aquélla noche, éste fue uno de esos. José Manuel fue quien citó su propia canción con un "eso es lo que quieren ellos, que tengamos miedo, que nadie salga". Y está pasando. Pasa que sales porque tienes qué salir: a trabajar, a la escuela, a donde sea que tengas que ir pero sales con miedo, con la duda de si te irán a robar o incluso, los más pesimistas, con la de si irás a regresar. Pero la única forma de recuperar los lugares, las ciudades y el país es justamente esa: con miedo o sin miedo SALIR, seguir saliendo, todos, porque somos muchos más que ellos, somos más los que no matamos ni violentamos. Claro que es más cómodo sólo ser espectadores "rezando" para que no le toque a los nuestros, a los que queremos. Yo misma estoy de ese lado del espectáculo porque no he hecho nada por recuperar el país, mi país que es hermoso y al que sí amo por mucho que diga otra cosa. Hay tantas cosas qué hacer, que todos podemos hacer, que conviene ir pensando si nos vamos a ensuciar las manos. Y aquí termino citando otra canción de La Barranca, inevitablemente:
"Una chispa prenderá la pradera que arderá con un fuego inaplazable pero la chispa habrá de ser impecable y la pradera estar dispuesta..."
Yo ya soy pradera dispuesta ¿y tú?
P.S.: Aún debo la crónica de los dos más recientes y maravillosos conciertos de La Barranca en los que estuve, está en proceso pero tenía que salir esto primero, debía salir.
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