Pudo haber sido peor
Uff... pueden pasar tantas cosas en unas cuántas horas...
Empezaré contándoles que el domingo por la tarde empezó la serie de eventos desafortunados (hay una peli que se llama así no? jiji). Ese día estaba aquí en la chamba cuando de repente me quedé sin internet -como ha pasado unas cuantas otras ocasiones- así que hice lo que sé que se debe hacer con el módem (no, no patearlo y aventarlo contra la pared) y demás pero nada, entonces decidí llamar al servicio de soporte técnico de Prodigy y pasé la siguiente media hora intentando corregir el problema guiada por Jaqueline, una chica muy atenta y amable. Como paréntesis he de comentar que si en todos los servicios de atención al cliente o soporte técnico fueran tan amables y dedicados a su trabajo como lo fue ésta chica, el mundo sería un lugar mejor... o al menos habría muchos más clientes satisfechos. Al final con todo y la buena atención mi problema no tuvo solución inmediata, porque según me dijo era una falla masiva de un servidor y solamente podría pasar el reporte para que revisaran mi caso. Al día siguiente todo seguía igual de manera que tuve el día libre y me dediqué a labores del hogar, además de que me eché una platicadita con mi amiga Sherry como hacía años no hacíamos. La mañana del martes mientras me preparaba para venir a revisar si el servicio ya estaba reestablecido, mi tía empezó a quejarse de un dolor muy fuerte en el abdomen y ambas creimos que era la gastritis, pero después de tomar el medicamento no mejoró así que hubo que llevarla de urgencia al hospital del IMSS donde se quedó internada y la noche del mismo martes le hicieron cirugía de apendicitis. Me asusté mucho, pero todo el tiempo intenté mantener la calma y no dejar que las emociones me dominaran, porque sé que cuando eso sucede soy muy vulnerable a una nueva racha de crisis de ansiedad y ataques de pánico y eso no me lo puedo permitir. Por fortuna todo salió bien en la cirugía, ella ya está ahora mismo en casita recuperándose, yo he regresado a trabajar y mi estabilidad mental y emocional no se han visto demasiado comprometidas. De estos días queda la certeza de que bastan unas horas para anterar por completo la rutina y hasta poner en riesgo la vida de alguien a quien queremos mucho, y claro, también de que pudo haber sido peor, mucho peor...
Mañana trataré de ponerme al corriente y leer todo aquello de lo que me perdí en estos cuatro días que estuve incomunicada del mundo casi como en una isla desierta. Gracias por leer, gracias por todo...
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Now playing: Tarja Turunen - Ciaran's Well
via FoxyTunes
Empezaré contándoles que el domingo por la tarde empezó la serie de eventos desafortunados (hay una peli que se llama así no? jiji). Ese día estaba aquí en la chamba cuando de repente me quedé sin internet -como ha pasado unas cuantas otras ocasiones- así que hice lo que sé que se debe hacer con el módem (no, no patearlo y aventarlo contra la pared) y demás pero nada, entonces decidí llamar al servicio de soporte técnico de Prodigy y pasé la siguiente media hora intentando corregir el problema guiada por Jaqueline, una chica muy atenta y amable. Como paréntesis he de comentar que si en todos los servicios de atención al cliente o soporte técnico fueran tan amables y dedicados a su trabajo como lo fue ésta chica, el mundo sería un lugar mejor... o al menos habría muchos más clientes satisfechos. Al final con todo y la buena atención mi problema no tuvo solución inmediata, porque según me dijo era una falla masiva de un servidor y solamente podría pasar el reporte para que revisaran mi caso. Al día siguiente todo seguía igual de manera que tuve el día libre y me dediqué a labores del hogar, además de que me eché una platicadita con mi amiga Sherry como hacía años no hacíamos. La mañana del martes mientras me preparaba para venir a revisar si el servicio ya estaba reestablecido, mi tía empezó a quejarse de un dolor muy fuerte en el abdomen y ambas creimos que era la gastritis, pero después de tomar el medicamento no mejoró así que hubo que llevarla de urgencia al hospital del IMSS donde se quedó internada y la noche del mismo martes le hicieron cirugía de apendicitis. Me asusté mucho, pero todo el tiempo intenté mantener la calma y no dejar que las emociones me dominaran, porque sé que cuando eso sucede soy muy vulnerable a una nueva racha de crisis de ansiedad y ataques de pánico y eso no me lo puedo permitir. Por fortuna todo salió bien en la cirugía, ella ya está ahora mismo en casita recuperándose, yo he regresado a trabajar y mi estabilidad mental y emocional no se han visto demasiado comprometidas. De estos días queda la certeza de que bastan unas horas para anterar por completo la rutina y hasta poner en riesgo la vida de alguien a quien queremos mucho, y claro, también de que pudo haber sido peor, mucho peor...
Mañana trataré de ponerme al corriente y leer todo aquello de lo que me perdí en estos cuatro días que estuve incomunicada del mundo casi como en una isla desierta. Gracias por leer, gracias por todo...
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