¿Soledad?



Mucho y muchos han hablado de una de las ironías de los tiempos modernos: la soledad en compañía. Y es que es una realidad, a pesar de tantas formas de estar en contacto con las personas cada vez estamos más alejados de todos. En lo personal siempre he sido bastante antisocial y solitaria, aunque hubo un tiempo en que gusté y disfruté de la popularidad, de la compañia de propios y extraños la mayor parte de mi tiempo. Actualmente el 99% de mis amigos están a kilómetros -pocos, muchos o demasiados- de distancia de donde estoy yo, pues al trabajar todo el día, todos los días en una computadora con internet he podido hacer y fortalecer lazos -incluso ¿amorosos?- con personas en otros estados y hasta en otros países. Pero bueno, una vez que apago la computadora no puedo estar en contacto con todos ellos, y es cuando me doy cuenta de quién es mi principal compañera: la soledad. No, no es que sea una completa ermitaña y evite todo contacto humano, sino que a pesar de estar rodeada de mi familia y tener cerca al menos a un par de amigos me siento sola. Así pues, el domingo fui cliente de la depre y me pasé una parte del día llorando todas esas cosas que me guardo en el alma, la principal fue la tremenda soledad que hay dentro de mi. Claro, además de todo me gusta disfrutar mi dolor y mi tristeza cuando les doy chance de que sean protagonistas, porque si algo tengo es que me voy guardando todas esas cositas hasta que llega un punto en que el más mínimo roce detona la bomba.

El domingo estaba ya como jarrito de Tlaquepaque y mi hermano tuvo a bien ser el encargado de detonar la bomba ese día. Resulta que él y yo teníamos planes para mi día de asueto (2 de noviembre) y cuando ya estaba yo alistándome para comenzar nuestro día juntos se le ocurre a un amigo -de los dos- llamar a MI celular para pedirme hablar con él -mi hermano-, total que de mala gana se lo pasé y cuando menos voy escuchando le dijo que podía llegar a la casa en 20 minutos... En una milésima de segundo me encendí y le dije -creo que a voz en grito- que por qué demonios le decía que llegara si bien sabía que íbamos de salida, y para su desgracia me respondío lo peor que pudo haberme dicho: "pero si todavía te vas a tardar, además él viene de rápido y se va" O sea... me emputa que me estén contando el tiempo que tardo en arreglarme, peor estando tan sensible como estaba, y encima escucho que el otro está en camino porque yo me voy a tardar... En un momento brevísimo vinieron a mi mente todos los corajes que he pasado porque aquél mete sus narices cuando ya están los planes armados, y por si no fuera poco también se me clavó como estaca en la mente la idea de que por él perdí a la ÚNICA amiga que tenido en mi vida. Además de eso se agolparon en mi cabeza tantos pensamientos... me sentí frustrada, desplazada, sola, ignorada, como si a nadie le importara lo que yo necesito. Sí, ya sé, qué azotada, pero en esos momentos lloré y lloré tantas amarguras que me he ido guardando. Mi mamá me dejó llorar, un rato después entró y le dije muchas cosas que a nadie le había dicho, me escuchó pero también me hizo ver las cosas lo más objetivamente posible, me hizo ver que yo no perdí a mi amiga por su culpa, sino que ella decidió dejarlo todo por su amor, y que yo tampoco insistí en conservar nuestra amistad como era. El caso es que aún traigo en el alma el sabor a soledad, esa en la que te sientes solo estando rodeado de tanta gente...

Y de él pues podría decir muchas cosas -incluso dejé hace no mucho un post guardado en borrador- pero prefiero no hacerlo porque quiero evitar decir cosas de las que me pueda arrepentir, y en general he procurado no hacerme más pesada la vida guardando rencores y odios, he procurado hasta amistar con él pero para su desgracia -porque no creo que lo haga a propósito- tiene el tino de meter la nariz cuando menos es conveniente -para mí-.

Supongo que si preguntara, la mayoría de las personas en el mundo nos sentimos solos, unos en mayor medida que otros, pero como decía mi abuelita: mal de muchos, consuelo de tontos...




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El crédito de la foto es de Andrej Andrijuk, aunque modifiqué los colores de la imagen original.

Comentarios

Skantor dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Denzura dijo…
Ah cuánta razón tenía su welita!!
No cabe duda que lo que dice mijo es real, entre más viejito uno se vuelve más sabio, y esa es la única manera en la que nos damos cuenta de que los "azotes" que tuvimos no eran más que parte de la edad y la situación.
Vive tu vida nena.
Disfrútala.
Azótate.
Pero no te sientas sola. Él está. Siempre. Hasta cuando no creemos.
:D Saludos reinita

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