Y por cierto

Además de lo descrito en el post anterior, disfrutar del frío es indispensable si en un futuro no muy lejano pretendo ir a Finlandia, al menos por unos cuantos mesecitos -si me gusta demasiado me quedo por allá-.

Cerca de la capital, al sur del país, la temperatura promedio en verano es de 15º a 20º -no hay gran diferencia con la de aquí- pero al llegar el invierno baja hasta -15º; sin embargo al ir hacia el norte, en la Laponia, normalmente está por debajo de los -30º. Por eso es que deberé permanecer un tiempillo en el sur antes de aventurarme a un viaje por la Laponia para pasar una semana entera en una cabaña a las orillas de un bosque nórdico en casi total soledad, donde lo único que vea hacia donde quiera que volteé sean árboles nevados, lagos congelados y más nieve. Claro está que en invierno hay unas cuantas horas de luz en el día, puesto que el sol aparece al rededor de las 9 am y se oculta poco después de las 3 pm.







Y bueno, antes de sentir el invierno en la Laponia ya deberé haber cumplido mi deseo de ver el Sol de Medianoche instalada en el Círculo Polar Ártico. Imagino lo que será el pasar la noche y la madrugada disfrutando el espectáculo de ver al Sol deslizarse por el horizonte mientras su reflejo en la superficie de uno de los miles de lagos fineses descompone la luz en incontables destellos que me acarician la piel.








Y claro, además de esos dos grandes sueños, no olvidaré visitar algunos lugares destacados, como el Savonlinna y si es posible asistir al festival de Ópera que ahí se realiza. Me gustaría también visitar la sede de Nokia y la de Sulake. En fin, son muchos deseos por cumplir, pero tengo la certeza de que más temprano que tarde estaré posteando desde allá día a día las maravillas que iré viviendo.