Días de nariz fría
Qué bellos están los días: fríos, nublados y silenciosos.
Lo único que escucho a ratos, sobre todo por las noches, es el sonido del viento que imagino helado. Dentro el ambiente es frío pero no en la misma proporción. Desde aquí puedo ver pasar a la gente cubierta de ropa, encojida sobre sí misma para procurarse un poco de calor extra, llevan a sus niños tapados hasta la cabeza, con prenda sobre prenda, de tal manera que parecen muñecos de peluche andantes, y caminan apresurados como para calentarse y al mismo tiempo llegar más rápido a donde quiera que vayan. En cambio yo paso el día guardada en ésta habitación de concreto, casi quieta, a ratos con las manos y los pies helados pero la mente siempre cálida y en movimiento. Al llegar la noche me armo con el abrigo y salgo a la caricia de las ráfagas heladas que le dan a mi piel un color aún más blanco del que normalmente tiene y, al mismo tiempo, se cuelan hasta la médula de mis huesos provocando que vibren hasta los dientes en rítmica melodía. Si por algo me fascinan éstos días gélidos es porque me hacen ver que sigo viva y aún soy capaz de sentir...

Lo único que escucho a ratos, sobre todo por las noches, es el sonido del viento que imagino helado. Dentro el ambiente es frío pero no en la misma proporción. Desde aquí puedo ver pasar a la gente cubierta de ropa, encojida sobre sí misma para procurarse un poco de calor extra, llevan a sus niños tapados hasta la cabeza, con prenda sobre prenda, de tal manera que parecen muñecos de peluche andantes, y caminan apresurados como para calentarse y al mismo tiempo llegar más rápido a donde quiera que vayan. En cambio yo paso el día guardada en ésta habitación de concreto, casi quieta, a ratos con las manos y los pies helados pero la mente siempre cálida y en movimiento. Al llegar la noche me armo con el abrigo y salgo a la caricia de las ráfagas heladas que le dan a mi piel un color aún más blanco del que normalmente tiene y, al mismo tiempo, se cuelan hasta la médula de mis huesos provocando que vibren hasta los dientes en rítmica melodía. Si por algo me fascinan éstos días gélidos es porque me hacen ver que sigo viva y aún soy capaz de sentir...

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Otra vez traigo la cabeza llena de ideas sueltas -unas más complejas que otras- pero por desgracia cuando la mayoría de ellas toma una forma reconocible no tengo cerca la manera de plasmarla. Por otro lado están las obligaciones, los deberes, aquello con lo que tengo que cumplir, y que muchas veces me deja la mente embotada y sin animos de ¿escribir? ¿pensar?...
Comentarios
Mija, si tienes muchas ideas sueltas, escríbelas, como borrador o en un papel, verás que poco a poco van tomando forma, y así, te darán ganas de seguir escribe que escribe :D
Lo de las ideas sí lo he pensado, pero hay momentos donde no tengo ni papel a la mano, y es justamente cuando vienen a mi los momentos de iluminación ja!
Abracitos!!
Srita. Noise, en efecto, ya había tenido yo el honor de su visita por acá en la temporada pasada, y no tiene nada que agradecer, yo soy fans ;)