Pues nada...

Estaba segura de que recibiría la invitación para el evento de Providencia del viernes pasado. No la recibí. Sé que pude haber ido de cualquier modo y hubiera entrado, pero así no me hubiera sabido igual. También es que el día anterior (jueves) fue uno de esos en los que hubieras deseado que se borraran del calendario, pues no sólo no recibí la invitación, también supe que el concierto de Epica se canceló; el técnico me dio el costo que tendré que pagar para la cirugía de la PC que alguien tuvo a bien joderse y, para acabarla, el servidor también está fallando, lo que da como resultado el que debido a esos gastos extras no podré ir a ver a Dream. Así pues, el viernes me desperté con más ánimo de quedarme encerrada todo el día que de salir a ver a nadie, y por eso es que no fui a la presentación sin invitación. En cambio, mi amigo Raúl sí recibió el correo y se lanzó a la Zona Rosa, y como le presté mi cámara regresó con unas cuantas fotitos:

El fin de semana pasó sin pena ni gloria, como tantos éstos últimos tiempos. Quizá lo más agradable fue el compartir un rato con la familia el domingo, pues vimos un capítulo de aquella vieja serie de los 60s (de la que recientemente hicieron una -mala- película) donde un grupo de marionetas (Rescate Internacional) salvan al mundo de muchos peligros en diversas ocasiones: Los Thunderbirds. Yo conocí la serie porque hace años -muchos- la transmitían los domingos en la mañana por canal cinco, sin embargo nunca vi el primer capítulo y ese fue precisamente el que vimos. A pesar de ser una serie para niños es bastante entretenida y desde mi perspectiva no tiene nada que pedirle a cualquier producción actual de Nickelodeon -incluso diría que es mucho mejor que la mayoría de ellas-. Después del desayuno y la convivencia tuve que trabajar y fue un día de esos bastante agitados.

Luego amaneció el lunes con un ambiente diferente -para mi- y con un silencio extraño en el aire, es como si no estuviera dentro del resto del mundo... Hace varios años tuve ésta misma sensación de soledad, como si estuviera sola en compañía de mucha gente, la diferencia es que ahora tengo plena consciencia y además las personas a mi alrededor siempre están preguntando cosas acerca de mi, de lo que planeo hacer y del "tiempo que he perdido", y creo que es por eso que he tratado de evitar al mundo, pues esperan respuestas para sus preguntas y no estoy dispuesta a responder, más que nada porque yo tampoco conozco las respuestas. Sé que debería sentirme agradecida de que haya quién se preocupe y se interese por mi, pero hay ocasiones en que más que ayudar provocan malestar...

Recuerdo que hace años tenía muchos planes, me sentía capaz de lograr cualquier cosa y sabía que podía superar cualquier obstáculo que se me pusiera enfrente, y como me sabía capaz iba superando las pruebas, lo que me dejaba una mayor sensación de seguridad. Sé que es un círculo, que entre más éxito tienes mejor te sientes y actúas en consecuencia, consiguiendo aún más logros. Lo malo del asunto es que el mecanismo también funciona en sentido contrario: fallas en algo -> te sientes mal por haber fracasado -> dudas en volverlo a intentar por miedo a fallar otra vez -> si lo intentas, como lo haces con miedo e inseguridad, fallas -> te sientes más miserable.

La cuestión es que no recuerdo dónde o cómo se consigue ésa pieza que se le perdió a mi maquinaria para trabajar en el sentido ¿correcto?

No sé.. no sé... estoy a meses de llegar al cuarto de siglo y no soy ni la mitad de lo que, en mis anhelos adolescentes, tendría que ser. Sé que por lo menos sigo soltera y sin hijos por convicción, a diferencia de todas las chicas (excepto dos de mis mejores amigas) con quienes convivía en mis dulces años de niñez y adolescencia. Todas ya tienen uno o dos hijos, son madres solteras o en el mejor de los casos están casadas y tienen una familia, pero no fue así como habían planeado sus vidas, sino que cuando menos se dieron cuenta ya tenían que amamantar a su hija o hijo y discreta o abiertamente se lamentaban por no haber tenido cuidado. Decía mi abuelita que "mal de muchos, consuelo de tontos", pero ¿qué puede uno hacer sino tratar de ver el lado bueno de lo que se es y lo que se tiene? No tengo idea de dónde voy a estar de aquí a diez años, ya no hago planes, ya no me pongo fechas, porque lo único que he conseguido con ello es alimentar el mecanismo inverso, así que ahora voy navegando conforme sopla el viento y de vez en cuando me detengo a disfrutar el paisaje que me ofrezca la vida, sea bello o no, porque hasta en la fealdad se puede encontrar gusto si se sabe apreciar...

Bueno, para terminar, están todos cordialmente invitados al Chilangos Bar para la "Ladies Night" que ha organizado mi hermano, donde tocarán tres grupos, todos con integrantes femeninas. La dirección del bar es Blvd. Coacalco No. 130 Villa de las Flores, Coacalco, Edo.Mex. (sí, como dice Lu, es en Pantano de las Flores) Ahí les dejo el flyer.