Sí pero No

Acúsome culpable de un delito que no cometí....

Sé bien que tratar conmigo es poco más que difícil, me gusta ser la que decide cuándo, dónde, cómo y por qué. Ya en repetidas ocasiones me has hecho saber que soy una cabrona desgraciada, adjetivos que más que molestar, me provocan una sonrisa de satisfacción...

Debo aceptar que constantemente hago o digo las cosas sólo para contrariar, encuentro un extraño placer contradiciendo, pero ¡¡¿¿qué quieres que haga si es parte de mi naturaleza??!! ¿Que si no puedo cambiar un poquito? Tal vez, pero entonces ya no sería tan yo, sería más como tú quisieras que sea y me temo que no estoy dispuesta a permitirme hacer eso, sobre todo por que lo mío es un juego y no considero que haya nada malo en ello, incluso hay para quienes éste comportamiento es uno de mis mayores atractivos (pero aclaro que no es por eso que lo hago por si se te iba a ocurrir decirlo). Para terminar, me gustaría ofrecerte una disculpa por haberte hecho pasar un mal rato, pero única y exclusivamente por eso, pues sigo creyendo que no hice nada malo y te aseguro que ésa no será la última vez que me ves actuar así... Y bueno, ya te había yo dicho que somos totalmente opuestos en cosas fundamentales, supongo que es por eso que no pudimos ser una pareja:

"Ella no va a cambiar, tú no cambiarás, nadie cambia..."

"Al final de la playa" José Manuel Aguilera, La Barranca.

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Cambiando drásticamente de tema, chéquense por favor esto:

"El camión iba apestado de gente.

Ya nomás nos falta enderezar la ensalada -decía la señora- y para eso podemos usar aquella mesa de fórnica blanca y luego siguió platicando de su hija que era pianista y que había tocado una vez en el observatorio, o del señor al que le emputaron una pierna y luego le tuvieron que poner una próstata para que pudiera caminar... Claro todo eso después de haberle hecho una redundancia magnética para ver como estaba y luego cuando uno quería ayudarle, la señora decía orgullosa: Pos es que así hablo yo.

Porque lo que ella quería era aderezar y no enderezar la ensalada y la mesa de fórnica blanca que sólo por un acento estaba a punto de violar el séptimo mandamiento de la ley de Dios que dice no fornicarás y menos si vas a hacer tus cochinadas en una mesa de fórmica blanca, por que la fórmica es una..."

Si quieren continuar leyendo la columna de Ricardo Espinoza que aparece todos los domingos en El Sol de México, nadamás denle clic a cualquier parte del texto, les prometo que o sueltan una buena carcajada, o se ponen a llorar de pensar que esto pasa...

Gracias por leer!!