Un Nuevo Amor
Ayer por la tarde llegó un nuevo ser a mi vida...
Llegó en brazos de mi hermano, todo asustado, lleno de tierra y hambriento. Él lo encontró en el jardín cuando regresaba de la tienda y sin pensarlo lo trajo a casa. Humo se llama ahora, un pequeño peludo, de dos meses de edad aprox, color gris plata. Es una pequeña bolita de pelos que nos miró agradecida con esos ojos verdes de aceituna cuando le servimos un platito con leche tibia y croquetas, que nos agradeció con sonoros ronroneos y caricias con sus diminutos bigotes. Es la tercer pequeño que nos dejan a las puertas de la casa en unos pocos meses, por que saben que aquí amamos a los gatos y siempre tendremos una cama mullida y un plato de croquetas para los desvalidos. No siempre se pueden quedar y hay que buscarles un hogar amoroso, pero Humo nos conquistó inmediatamente y la familia completa lo aceptó de inmediato, salvo la chiquilla canina que protestó un poco hasta que le recordé que ella también había sido adoptada de la misma manera. Ahora el pequeño duerme plácidamente en mi cama después de un reconfortante baño de agua caliente para quitarle el polvo y los bichos que pudiera traer consigo, tan tranquila como si hubiera estado aquí toda su vida...
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Llegó en brazos de mi hermano, todo asustado, lleno de tierra y hambriento. Él lo encontró en el jardín cuando regresaba de la tienda y sin pensarlo lo trajo a casa. Humo se llama ahora, un pequeño peludo, de dos meses de edad aprox, color gris plata. Es una pequeña bolita de pelos que nos miró agradecida con esos ojos verdes de aceituna cuando le servimos un platito con leche tibia y croquetas, que nos agradeció con sonoros ronroneos y caricias con sus diminutos bigotes. Es la tercer pequeño que nos dejan a las puertas de la casa en unos pocos meses, por que saben que aquí amamos a los gatos y siempre tendremos una cama mullida y un plato de croquetas para los desvalidos. No siempre se pueden quedar y hay que buscarles un hogar amoroso, pero Humo nos conquistó inmediatamente y la familia completa lo aceptó de inmediato, salvo la chiquilla canina que protestó un poco hasta que le recordé que ella también había sido adoptada de la misma manera. Ahora el pequeño duerme plácidamente en mi cama después de un reconfortante baño de agua caliente para quitarle el polvo y los bichos que pudiera traer consigo, tan tranquila como si hubiera estado aquí toda su vida...
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Comentarios
gracias por tu amor por los gatos, ojalá hubiera más gente así en el mundo!